El clima laboral es un factor determinante en la productividad de una organización, y es por ello, que es primordial comprender los factores que deben fomentarse para llegar a tener un buen clima organizacional.
El nivel de motivación de los miembros de la organización es uno de los elementos con más influencia en la productividad de la misma. Esta motivación está determinada en gran parte por el ambiente generado por las emociones de los colaboradores, producto de su interacción con los líderes, su entorno físico, material de trabajo y por supuesto, otros miembros de la empresa.
Un «buen clima» organizacional contribuye a lograr las metas fijadas, mientras que un «mal clima» perjudica al ambiente de trabajo ocasionando situaciones de conflicto y de bajo rendimiento.
Los factores esenciales para fomentar y cuidar el clima laboral dentro de una organización son:
1. Condiciones físicas óptimas
Con esto nos referimos a las características medioambientales de los que dispone el personal para hacer su trabajo: La iluminación, el sonido, la distribución de los espacios, la ubicación de las personas, los equipos técnicos y herramientas. Un ambiente iluminado, ordenado, cómodo, bien ventilado y sin ruidos molestos, contribuyen a un mejor desempeño laboral.
2. La Autonomía
Favorece a un entorno positivo cuando los trabajadores cuenten con responsabilidades claras y tengan la libertad para pensar de forma crítica y expresar sus ideas; que es de gran importancia, ya que sentirán reconocidos por la organización y se involucrarán más y mejor con los objetivos y metas planteados.
3. La Igualdad
¿Todos los miembros de la organización son tratados con criterios justos? La realidad nos muestra que predomina muchas veces el “amiguismo” y el «nepotismo» y no todos son evaluados bajo los mismos criterios. Deberemos evitar estos supuestos, ya que la discriminación pone en peligro el ambiente laboral, desmotiva y siembra desconfianza y aumenta la falta de compromiso.
4. El liderazgo eficaz y colaborativo
La capacidad de los líderes para relacionarse con sus colaboradores marca el punto dentro del ambiente organizacional, si el líder no favorece la confianza, participación, el feedback y no es flexible ante los diferentes escenarios laborales que puedan presentarse, es imposible generar un buen ambiente participativo y productivo.
5. Las relaciones interpersonales
Los equipos de trabajo siempre deben funcionar precisamente como equipos, fomentando confianza, compromiso, respeto, cooperación, tolerancia y cohesión de estos. El mantenimiento de una buena comunicación entre los integrantes y un grado de madurez alto para resolver conflictos y fomentar un ambiente de armonía que beneficie a todos.
6. El reconocimiento y el desarrollo profesional
Reconocer el trabajo bien realizado siempre fomenta la motivación, si no se valora lo que el colaborador aporta a la organización permitimos que la apatía aparezca perjudicando siempre a la productividad.
También se debe considerar que cada integrante no se quiere quedar estancado en su posición, necesita tener perspectivas de crecimiento, mejora y progreso. También debe considerarse al crecimiento personal, con acciones como horarios más flexibles que lo hagan sentir que importa también como persona, o una conciliación con el ámbito privado. Así realmente se logrará que el empleado se ponga la “camiseta” de la empresa.
7. La remuneración justa por el trabajo realizado
Los salarios medios y bajos con carácter fijo no contribuyen a un ambiente óptimo, ya que no permiten una valoración de las mejoras, ni de los resultados. Cada vez más organizaciones optan por políticas salariales sobre la base de parámetros de eficacia y de resultados que son medibles (salario fijo+variable). Esto genera un ambiente motivado hacia el logro y fomenta el esfuerzo.
El clima laboral puede medirse, y puede ser positivo y negativo, existen herramientas que permiten evaluar este importante elemento. Con una buena evaluación del clima laboral, se podrán tomar medidas específicas y efectivas para mejorarlo y así elevar nuevamente la productividad esperada.